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jueves, julio 27, 2006

Osvaldo Eligio Larancuent (5) - Recordatorio -- In Memoriam



¡Este es el recordatorio entregado, luego del efectuado el novenario de misas realizadas desde el lunes 10 al martes 18 de julio!

Es triste la muerte de un ser querido. Quizás haya un dejo de egoismo, y uno desearía que no murieran sin darnos la oportunidad de prepararnos. ¡Que nos anuncien su muerte, que nos permitan despedirnos y darle el agradecimiento por sus atenciones hacia nosotros... Pero es la muerte. ¡Lo único seguro en este mundo, confabulada con el Tiempo, que no tiene prisa, lleva su propio ritmo!

La duración de sus tres meses de sufrimiento, a pesar del egoismo de nosotros como deudos para luchar contra su destino, fue grato, unificador, caluroso y nos permitió entregarle mucho amor.

Murió en su lecho, rodeado por sus seres queridos, y dándonos la satisfacción de haber estado con él, dándole el apoyo requerido.

¡Descanse En Paz Descanse, Ing. Osvaldo Eligio Larancuent Williams!

martes, julio 25, 2006

Osvaldo Eligio Larancuent (4) - Sobre el deterioro progresivo -- In Memoriam

El 21 de abril del 2006, le dieron el alta a mi PADRE del Hospital General Plaza de la Salud en Santo Domingo.

Hacía más de una semana que había sido internado de emergencia ya que en una crisis de dolor y sufrimiento se arrancó la sonda que lo ayudaba a orinar. Esta sonda le había sido instalada desde febrero, ya que estaba teniendo problemas urinarios.

Todavía no habían dado el diagnóstico general, pero el problema se enfocaba de dos formas: 1) Detener la "hematuria" (sangrado en la orina), cuya causa aparentaba ser la lesión causada por el halón de la sonda. Esto fue detenido mediante el proceso de irrigación de la vejiga, y correspondiente suministro de antibióticos para detener la infección. 2) Determinar las causas por las que tenía dificultades para orinar, y que le mantenían la sonda puesta. Para esto le fue practicado una citoscopía, que permitiera "observar" lo que ocurría allí dentro, y en caso de que se presentara la oportunidad de limpiar, cortar y corregir cualquier situación detectada.

De forma confidencial el doctor nos informó sobre sus hallazgos: detectamos una masa evolucionada, sólida que nos pareció muy agresiva dentro de la vejiga. Tratamos de extirparla con el láser, y dada su solidez fue imposible lograrlo. Tomamos una muestra que enviamos al laboratorio, pero temo que no sean muy buenas noticias.

Adelanto que esta percepción se confirmó, una semana después: Un tumor vesical, tercer grado, y la tomografía posterior mostró que estaba haciendo metástasis en la zona rectal. Rápidamente les diré, que se intentó detener la expansión del tumor con Quimioterapia, pero dado los bajos niveles de depuración de los riñones, que impedía drenar los elementos tóxicos de ese tipo de tratamiento, la dosis suministrada no fue suficiente ni para detenerlo, pero tampoco para evitar su deterioro progresivo, triste y doloroso.

Ese día de la Crisis, lucía muy mal, con mucho sufrimiento e impaciente. Las atenciones del Hospital fueron efectivas, durante más de una semana, y tanto que su rostro se recompuso y su ánimo se tornó esperanzador.

Así, que al salir, en el recorrido hacia la casa, moviendo el dial del radio, tratando de localizar algun programa agradable, doy con la estación 97.7 donde Tutín Beras Goico (hijo), está amenizando su programa matinal "Música a las 12:00", con un especial de "Tito Rodríguez", en la que iniciaba ya la famosa melodía "Un cigarrillo y tú...":

HIJO: Qué voz tiene ese señor!

PADRE: Tito Rodríguez... era todo una cantante del Mambo. Y llegó a cantar no sólo en español, sino en varios idiomas con grandes cantantes de esos idiomas...

HIJO: Hablas como si te hubiera gustado.

PADRE: Bailar al ritmo de Tito, era toda una gozadera. Fueron tiempos juveniles, agradables e inolvidables.

HIJO: ¡La música es mágica! Fíjate que acabamos de salir del hospital, donde estabas convalesciente, sufriendo por esa crisis de la semana pasada, y ahora animado por esas tonadas de Tito.

PADRE: (Sonríe).

HIJO: Por eso he reducido al máximo esos noticieros y matinales, con voces tremendistas y exasperantes.

PADRE: Y yo he reducido también los noticiarios televisados. Prefiero la pelota, con la que me entretengo, y dejo esos malestares políticos y esos crímenes violentos a un lado...

MADRE: ¡Lo que no ha reducido es la fumadera y tomadera!

PADRE: ¡Qué vaina...!

HIJO: (Sonriendo) Ya veo que están de mejor humor..

MADRE: Es por tu bien, mira lo que ha ocurrido.

HIJO: Ya basta!

(Llegan a la casa, y se acercan algunas personas a ayudarlo a entrar)

PADRE: (Sentándonse en una silla plástica, en el ventanal de la cocina) Ahh. Qué bien. (Prende un cigarrillo).

HIJO: (Entrando a la cocina). Papi, aparentemente lo que te está ocurriendo está directamente relacionado con el cigarrillo. ¡Esto no es juego, debes dejarlo!

(El padre se quedó observando, congelado, al hijo. Tomó el cigarrillo con calma, lo estrujó contra el cenicero, y lo dejó --fue la última vez que fumó--).

PADRE: Hijo, estoy preocupado.

HIJO: ¿Por qué?

PADRE: Aunque tenemos bienes, no tenemos liquidez para mis gastos funerarios.

HIJO: No creo que sea el momento, para hablar sobre ese tema, pero despreocúpate, que yo me ocuparé de esos temas.

PADRE: ¿Cómo que no es el momento? ¿Y cuándo? ¿No, sabes lo cerca que me ví de la muerte?

HIJO: Entiendo. Te informo que el Banco lanzó a partir de diciembre un plan funeral, que cubriría buena parte de los gastos funerarios.

PADRE: Sí. La UASD también tiene un plan de esos. Sólo hay que comunicarse con ellos, y te emiten una carta para la funeraria seleccionada.

HIJO: Creo que con esas dos coberturas, se tendría recursos para ese tema.

PADRE: Otras cosas que quiero arreglar son los bienes que poseo. Sabes que algunos no están aún a mi nombre, debemos reclamar los títulos y ponerlos en orden.

HIJO: De acuerdo, por donde quieres que comience? Yo voy a buscarlos todos y te pondré al tanto, para que trabajemos en eso.

PADRE: Quiero acostarme, y no puedo moverme bien... ¿me ayudas?

HIJO: Claro (lo ayuda a caminar a su habitación). Lo acuesta, y descansa.

(HIJO sale, y se dirige a la sala...)

PADRE: HIJO!

HIJO: ¿Qué pasa? (en la habitación, lo observa en el suelo)

PADRE: Intenté pararme para ir al baño... me caí. Las piernas no me sostienen, pero tenía que probar hasta donde era capaz de valerme por mí mismo.

HIJO: Sabes que estoy aquí. Llámame!
(el PADRE lo mira, mientras lo levanta. Lo conduce al baño, cuando termina lo llama para que lo auxilie a regresar).

Pasaron los días. Comenzaron a visitarlo familiares, amigos íntimos y antiguos, personajes desconocidos de la casa, profesionales que habían sido estudiantes de sus sesiones de Matemáticas 011/012 en la UASD, etc. Todos a expresar muestras de afecto, solidaridad, cariño y momentos nostálgicos vividos.

Su deterioro era progresivo, y principalmente tras cada sesión de Quimioterapia. Antes de suministrarla, su hemoglobina, plaquetas y glóbulos rojos estaban por debajo de los niveles. Había que internarlo por dos días, uno para transfundirlo, y el otro para aplicarle la Quimio. El plan era tratar de agotar 7 ciclos de 4 puestas cada uno. Sólo se pudo suministrar un ciclo. El médico opinó que se estaba debilitando muy rápido, y lo suspendió, ya que no valía la pena transfundirlo para que se debilite nuevamente por el tratamiento.

Algunos médicos que lo habían tratado en su primera crisis, y que luego lo veían opinaban : "es otra persona, desde que salió la primera vez!"; "se está deteriorando rápidamente, traten de buscar algún medicamento que le suba la hemoglobina y las defensas, que se estila cuando hay tratamientos de Quimioterapia". Así cada quien aportaba sus opiniones, consejos de infusiones, tisanas, vitaminas, etc.

Los dolores aumentaban cada vez más fuerte, mientras la inmobilidad de sus extremidades sus piernas era cada vez más insoportable para él.

Llamamos al HIJO 2, CARLOS, para invitarlo a acelerar su visita en esos días postreros. Residente en Miami, E.U.A., estaba involucrado en actividades laborales que lo absorbían, e impedían encontrar un momento oportuno para su visita. Una llamada de angustia de la MADRE, advirtiéndole la inminencia y necesario de su visita, ya que en unos días su capacidad de expresión y recognición del PADRE, se reduciría al mínimo, lo obligó a decidirse. Así ¡el viernes 16 de julio arribó!

Desde su matrimonio se había involucrado en temas religiosos, aceptando la fe cristiana, e involucrándose en la comunidad y colaborando en el aprendizaje, asimilación y difusión de la fe.

Su visita era muy esperada, ya que no estaba desde principios del año anterior. El PADRE preguntaba por él, pero era consciente de las dificultades que le estaban ocurriendo. Aparte de una reciente inversión, que le restringía la libertad de acción.

Así cuando el PADRE lo vió, sintió mucha alegría. Lo esperaba desde antes. En la reducción de sus facultades, reconocía al HIJO 2 en las similitudes físicas de algunos visitantes, llegando incluso a confundirlos. En esta ocasión no fue una confusión. Sintió el abrazo, el beso, y la caricia de ese hijo amado.

Uno de los elementos más destacados de este período, es el refugio buscado por los HIJOS y la MADRE en Dios. MERILYN, la HIJA I, como miembro del coro de la Catedral buscó ayuda en los Obispos. Uno de ellos, el Obispo Flores, visitó al PADRE en la primera crisis, y le suministró los oleos consagrados en el sacramento de la Extrema Unción. Para algunos esa visita fue precipitada, para otros, oportuna como se demostró más adelante. El PADRE, que desde ahcía algún tiempo, había anunciado estar preparado, aumentó su confianza, sintiendo espiritualmente más preparado.

Había sido presentado su caso a la iglesia de la comunidad "IGLESIA JESUCRISTO SUMO Y ETERNO SACERDOTE", que lo incluyó en las oraciones diarias, aparte de coordinar visitas para orar en su presencia.

La HIJA I y la MADRE le leían diariamente la bíblia con especial atención en los libros de JEREMÍAS, JOB, ECLESIASTES, SALMOS. Además de opúsculos dedicados a facilitar la meditación diaria.

En una ocasión en que la HIJA 2, Heidy Carolina, se quedó a dormir con él mientras estuvo interno, expresó su satisfacción, pero también preocupación por que lo estaban saturando con tanta lectura y charlas religiosas, y más en momentos en que necesitaba descanso físico.

Así lo encontró el HIJO 2 cuando lo visitó, y durante dos semanas estuvo presente asistiéndolo en sus caminatas, masajes cada vez más requeridos y demandados por EL PADRE, principalmente en las piernas; además del aseo y alimentación diarios.

El día antes de la partida del HIJO 2, hubo una reunión exigida por EL PADRE, en un momento de agradable lucidez.

PADRE: Queridos míos. ¡Qué agradable es tenerlos a mi lado! ¡Cuánta alegría sentir su apoyo, calor y cariño! ¡Están todos y me da felicidad!

TODOS: Eres nuestro padre. Te queremos, y estamos aquí contigo.

PADRE: Gracias. Este ha sido un proceso doloroso, y contar con Uds. en todo momento, es todo lo que un padre podría desear de una familia querida y amada. Sepan que he notado mi rápido deterioro físico, mental... ya no vamos a sesiones de Quimioterapia, cada vez me visitan más amigos y familiares... Quiero que sean sinceros conmigo. Lo necesito. ¿Cuál es la situación?

HIJO I: Hemos sido sinceros contigo. Sabes todo lo que hemos sabido. Desde el principio te informamos de la presencia del tumor, del tratamiento a seguir, y de los riesgos. Lo que no sabías, es que se suspendió el tratamiento y no se volverá a retomar, porque te debilitaba mucho. Ayudó a fortalecer tus huesos, que ya están atacados por el tumor, pero por otro lado te deterioró la salud en sentido general.

PADRE: Y entonces... quiero decir, qué va a pasar ahora... y entonces... qué hacer... quiero decir, qué sigue...

HIJO I: Los médicos dicen, que todo lo que podían hacer médicamente ha sido hecho. Incluso han informado que has superado sus expectativas. Van dos meses desde que fue detectado, ya en estado de progreso....

PADRE: Y entonces... qué sigue, cómo marchamos... quiero decir, en conclusión, no sé qué hacer... qué sigue, hacia donde vamos...?

HIJO 2: ¡Aceptar a Dios, como tu único Salvador y dador de vida!

HIJA I: Sí papi, ya debes prepararte para ocupar un lugar en las alturas, aceptándolo, para tu tranquilidad y sosiego.

MADRE: Sí Osvaldo, es requerido.

HIJO I: ¡Pero señores! Lo están abrumando con sus palabras y órdenes. Ya lo aceptó, recuerden que el Obispo Flores le dio la extrema unción; que el sacerdote de la Comunidad pasó por aquí; todos quieren lo mismo, y a todos les da satisfacción... cuál es el trance, el estrés, esta manifestación de transición tan exigida...

HIJO 2: ¡Mira HIJO I, vete a dar una vuelta si te abruma esta exigencia, que Dios nos ha dado como misión!

HIJO I (Levantándose): Aparte de ensoberbecido en estos momentos apremiantes, de humildad, cariño y apoyo, también me faltas al respeto como hermano mayor, como persona y como hijo! ¡No te lo tolero! ¡Bajame el tono... pues a nadie he coartado su derecho a expresarse, sólo exijo que sus exigencias las lleven a niveles tolerables a su estado!

MADRE: Mis hijos. Es cierto, los veo tensos. Tranquilos. No creen esta situación, hablemos calmados. Él quiere tranquilidad y esperanza.

HIJO 2: ¡Pues yo exijo que acepte a DIOS y JESUCRISTO como su salvador! El año pasado cuando estuve aquí me prometiste que lo aceptarías por mi mediación. Aquí estoy, presente, contigo en vida, para exigirte el pago de tu promesa, ya que ÉL me dijo VE, y traélo a mi REINO.

HIJO I: ¡Esto es ridículo!

PADRE: ¡Mis hijos, no se alteren! ¿Qué es lo que quieres que haga? ¿Que lo acepte de forma explícita y verbal? Lo acepto. Quieres que lo exprese de forma alegre, exultante: TE ACEPTO MI DIOS, MI TODO PODEROSO Y ETERNO.

HIJO 2: Amén.

MADRE: Amén.

HIJA I: Amén.

PADRE: Quiero que sepan, que Uds. han tenido una educación cristiana. Sólo un cristiano o creyente, puede tomar la decisión de educarlos en esa senda. No fui con Uds. a misa, pero recibieron su batizo, primera comunión, confirmación y demás sacramentos de acuerdo a las normas usualmente aceptadas de todo católico.

HIJO I: ¡Precisamente! Asimismo es, más que palabras fueron acciones durante tu vida.

PADRE: No me molesta expresarlo de forma explícita Carlos, mi hijo. Lo acepto.

HIJO 2: AMÉN. ¡Expresa ahora que es tu Dios, redentor, lo amas y expresa tus más sagrada admiración a ÉL que todo lo puede!

PADRE: DIOS, ERES MI REDENTOR, TE AMO, TE ADMIRO Y CREO EN TÍ. PERDONA CUALQUIER MAL HECHO, ACÉPTAME COMO TU HIJO HUMILDE Y PREPARADO PARA VISITARTE.

HIJO 2: AMÉN. GRACIAS PADRE. ¡ME HAS DADO ESA SATISFACCIÓN, ME HAS PERMITIDO CUMPLIR LA VOLUNTAD DE DIOS, QUE ME ENVIÓ A ESTA MISIÓN!

El HIJO 2 duró casi dos semanas. En la despedida:

HIJO 2: (Le masajea la pierna derecha, la de mayor dolor e incomodidad). PADRE, me voy. DIOS estará contigo en estos días, dandote el confort espiritual que necesitas en estos últimos días, así como todos nosotros hemos estado contigo.

PADRE: Hijo, que DIOS te bendiga, que tu familia progrese y que seas dichoso. Ve con DIOS. Sólo me preocupa que tu presencia permanente a mi lado, ayudaba al alivio de mis dolores, con tus masajes, conversaciones y cercanía.

HIJO 2: (Entra el Hijo I). No te preocupes, sé que cuidados no te han faltado. Antes de yo llegar estabas bien atendido, con el amor y el cariño que has necesitado.

HIJO I: Así es. Aunque tu ausencia se notará Carlos! Creo que eso es lo que PAPI quiere decir.

HIJO 2: ¡Yo también los extrañaré!

Carlos regresó para los funerales, dos semanas después de su partida.

OSVALDO ELIGIO LARANCUENT WILLIAMS, murió en paz el sábado 8 de julio de 2006. Ese día como de costumbre fue alimentado (mantenía su apetito), aseado y atendido de forma normal. Al mediodía comenzó a respirar con dificultad, generando un sonido parecido al que se produce al beberse los últimos residuos de un líquido con calimete. En efecto, eran el último aliento de su vida, que salía lentamente, mientras se apagaban sus fuerzas.

Para ayudar a que respirara, fue llevado a la sala, pero duró poco tiempo allí. Pidió volver a la cama, pues estaba incómodo. Su cuerpo estaba perdiendo calor.

Llamamos al médico para que lo visitara e indicara algún tratamiento. Nos recomendó ser valientes, pacientes para este momento que se estaba esperando. Prometió visitarnos tan pronto le fuera posible. Se presentó a las 9:00pm viendo que ya nada podía hacerse, excepto llevarlo a una Unidad de Cuidados Intensivos. No obstante, de nada serviría, ya que eso le prolongaría la vida de una a dos horas. Y no sería una muerte en su hogar alrededor de sus seres queridos.

El Sr. Larancuent murió a las 11:00pm. Preguntó por el HIJO I, mientras este le buscaba oxígeno. Cuando llegó el HIJO I, y ayudaba a instalarle las mangueras de oxígeno, expiró. Primero se relajó su cuerpo con una respiración baja, en la que parecía dormido... un minuto después, habíendose detenido su aliento y luego de intentar infructuosamente aplicarle masaje cardíaco, expiró.

El HIJO I cerró sus ojos, le cruzó los brazos sobre su regazo, y le dijo "DESCANSE EN PAZ, SR. LARANCUENT".