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martes, octubre 30, 2007

De huracanes, meteoros y otras Emergencias

Recien sufrimos las consecuencias de una nueva tormenta: Noel.

Cada vez que pasa un meteoro de estos tiene impacto fuerte en nuestros ciudadanos, nuestras comunidades, nuestro cultivos.

No acabamos de comprender por qué es tan dificil planificar, es decir ser proactivos no reactivos, e incluso publicar documentación en la prensa o brochures, con información de calidad, regionalizada y según las comunidades; para que los ciudadanos sepan en qué refugios guarecerse, los líderes comunitarios a los que acudirían, entrenados previamente por la defensa civil y disponiendo de medios mínimos de comunicación en caso de calamidades (walkies-talkies).

Es tan dificil o costoso hacerlo? Yo no soy experto, sólo utilizo el sentido común. Pero dijo el famoso filósofo español Ortega y Gasset que "el sentido común, no es el más común de los sentidos". No obstante todas las ciencias se basan en dicho sentido común, que es lo que nos distingue dentro del reino animal de los otros miembros: el razonamiento.

Cada quién es vocero de sus funciones, pero nadie integra nada para hacer nada. Pero no vayamos a pensar que no existe una ley o reglamento para el manejo de las emergencias y las catástrofes... todo está legislado, los incumbentes designados y los recursos "me imagino" que consignados en la ley de presupuesto y gastos públicos.

No es un asunto de hoy, es de ayer. Tenemos siglos afectados por estos fenómenos atmosféricos, cada año y cada mes dentro de la temporada ciclónica. Pero el asunto no se toma con la consciencia que requiere. En lo personal desconozco por qué nadie ha ideado un plan? No lo he visto ni oido, quizás existe. ¿Es muy costoso? Con tanta necesidad de empleos, y de responsabilidad social por parte de nuestras comunidades, no creo que sea tan costoso.

En fin, la situación es que no se sabe por qué nadie predijo los posibles efectos de este reciente fenómeno si ya había un precedente en Puerto Rico desde la pasada semana. Se alega que el fenómeno estaba desorganizado: peor; pues indicaba que había una dispersión general que afectaría toda la isla, ya que no indicaba un rumbo fijo. Y eso que decían que a estos fenómenos los denominaban con nombres femeninos, precisamente por eso, pero este lo tenía masculino.

Creo que lo peor no ha ocurrido, aunque situaciones muy graves ya han acontecido. Somos un país con alto riesgo ante este tipo de fenómenos, pero también riesgos sísmicos que entendemos tiene efectos todavía más contundentes...

Ojalá todas estas pérdidas en vidas humanas y materiales, que se producen ante el paso de fenómenos que se presumen de impacto mínimo, sirvan para que alguien tome consciencia y ayude a prevenir de forma más planificada las acciones que deberían tomarse para reducir el impacto en lo social y económico.

Quizás pueda surgir una nueva ONG, si no es que ya existe especializada en estos temas, para que funcione así como han sido creadas para apoyo a la Institucionalidad, la Justicia, las Elecciones y otras ramas del quehacer cotidiano o periódico.