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miércoles, junio 28, 2006

El dinero


Uno de los temas que más ha sido tratado en los estudios sociales, económicos y políticos es el del dinero. Esto es debido al fuerte impacto que tiene en las sociedades en que se ha desarrollado. Y es que el desarrollo de una civilización se mide precisamente por el desarrollo de su comercio, y del medio por el cual realiza dichos intercambios.

Aunque es posible el desarrollo de actividades económicas con el uso del trueque, sabemos que en dicho tipo de comercio debe haber una doble coincidencia de deseos que no siempre se da para la mayoría de los productos. Es sabido que el trueque solo se da en pueblos que han alcanzado poco grado de desarrollo o viven en una economía de subsistencia. Y que el comercio es una actividad que con frecuencia aparece en aquellos lugares donde la sociedad ha alcanzado un elevado grado de desarrollo político y social, como diría Montesquieu (1689-1755) “(..)el comercio cura los prejuicios destructores. Es casi una regla general que allí donde hay costumbres apacibles existe el comercio y que allí donde hay comercio hay costumbres apacibles (..)”[1]

La aparición del dinero no es reciente. Según Herodoto[2], en Clio, los griegos aprendieron el arte de acuñar monedas de los lidios, y --al parecer-- estos lo aprendieron de los chinos[3]. Si nos remontamos al tiempo en que los lidios tuvieron en la cúspide de su civilización –hablamos del año 557 AC aproximadamente— y que estos lo aprendieron de los chinos. Estamos hablando de que el uso del dinero –en forma de moneda-- data de hace más de dos mil quinientos años.

Para que el dinero tenga valor, lo primero que debe ocurrir es que haya una organización social compacta en las cuales se tengan leyes, y puesto que la propiedad es lo que nos da riquezas, y dichas riquezas están representadas por el dinero, solo las leyes pueden establecer a quién pertenece tal o cual propiedad. Pues en sólo en las sociedades tribales la propiedad la establece la fuerza donde cada cual “(..)transforma su fuerza en derecho (..)” y los sometidos, “(..) la obediencia en deber (..)”[4]. Este punto es muy interesante y ha sido tema de análisis desde la antigüedad por figuras como Aristóteles (384-322 AC) , Jenofonte(428-348 AC), Cicerón[5], etc.

Por lo tanto, “(..)la moneda es un signo que representa el valor de todas las mercancías. Se toma un metal para que el signo sea duradero, se gaste poco por el uso y sea susceptible de muchas divisiones sin que se destruya (..)”[6]

Pero no siempre se utilizó en forma metálica, ni acuñado. Montesquieu nos refiere que en Atenas antes de aprender a acuñar monedas utilizaban los bueyes según su edad en meses como dinero–de hecho cuando utilizaron monedas estampaban sus bueyes en ellas como denominación--, los romanos utilizaban tierras y ovejas; y los abisinos sal[7].

La plata aparenta haber sido el metal más utilizado para la acuñación y representación del dinero. Dice Galbraith, “(..)durante toda la larga historia del dinero, la plata ha sido de lejos el más importante de todos los metales. Con plata se pagó la entrega de Jesús a las autoridades locales; la plata, y no el oro, fue el gran tesoro del nuevo mundo; el oro fue adoptado por la comunidad internacional europea como medio internacional solo en el decenio de 1870; por Estados Unidos a partir de 1873, y no sin dificultades (..)”[8].

Uno de los problemas con los que ha luchado la sociedad desde que la acuñación de monedas es posible lo ha sido la lucha contra la falsificación y envilecimiento metálico de las monedas. Cada reino acuñaba sus monedas, imponía su sello, y estas se supone equivalían a una fracción de la máxima unidad. Sin embargo, con fines de lucrarse y aumentar la cantidad de dinero, el valor de las mismas se veía adulterado al utilizar aleaciones con otros metales, que aparentaran ser igual al original. Esto trajo como consecuencia que se desarrollara un sistema que permitiera determinar el verdadero valor del dinero. Fue a fines del siglo XVI, principios del XVII que el Banco de Amsterdam se hizo pionero en la certificación del valor de las monedas, pues verificaba y emitía un recibo del depósito que recibía. Esta operación en la cual dicho Banco hacía el papel de custodio del dinero, trajo como consecuencia la creación de instrumentos de cambio como son los sistemas de cheques, billetes, que aumentaba la cantidad de dinero en existencia. Luego de hacerse popular este tipo empresas, buscaron la colocación de préstamos con bases a los fondos que manejaban, aumentando nuevamente la cantidad de dinero en existencia. Por lo tanto varias operaciones no sólo aumentaban dicho dinero, sino que traían importantes beneficios para los bancos que operaban de dicha forma, colocando dinero y obteniendo rentas como intermediarios.

Debido a esta creciente especulación fruto de la emisión no regulada del dinero, fueron apareciendo los bancos centrales, siendo en Inglaterra uno de los principales países pioneros de dicha regulación con la creación del Banco de Inglaterra (1694) . Dicho banco tenía el derecho exclusivo de emitir papel moneda. A esto en principio se dedicaba el banco central.

Pero no fue hasta 1911 donde la actividad monetaria cobró importancia desde el punto de vista gubernamental para el control de la economía a través del dinero. En dicho año, Irving Fisher, estudiante de Yale, con su obra The Purchasing Power of Money, estableció formalmente la relación de los precios con la cantidad de dinero.

Dicha fórmula, “tan conocida y revolucionaria en economía como es la de Einstein en la Física”[9], originó la noción, “seriamente sediciosa” de que modificando la oferta de dinero en la ecuación de cambio sin alterar los demás términos, en especial la velocidad y el volumen de transacciones, es posible subir o bajar el nivel de precios. Es decir los movimientos ascendentes podían detenerse reduciendo la oferta de dinero, y lo que era más urgente para aquellos días, los precios podían elevarse mediante el incremento de dicha oferta. Con dicha ecuación nació el aparato teórico del monetarismo, que sería objeto del más intenso debate económico en los decenios 1970 y 1980.

Sin embargo, en 1935 John Maynard Keynes, en su Teoría General del Desempleo, el Interés y el Dinero estableció no sólo las características propiedades y uso del dinero, sino que definió las bases en que puede resultar óptimo su uso. Determinó los motivos conductuales que impulsan al consumo. Definió ocho motivos para los individuos y cuatro para las empresas. Pero se podrían resumir en los siguientes:

1. Para realizar transacciones: que implica la adquisición de bienes y realización de pagos.
2. Como precaución: para hacer frente a situaciones de contingencia e imprevistos.
3. Para especular: pues debido a la incertidumbre sobre el valor monetario y otros activos que tienen los individuos, se busca mantener o incrementar su valor.[10]

John Maynard Keynes realizó su Teoría General para rechazar los argumentos de los economistas clásicos con respecto a la política de laissez-faire que considera deben seguir los gobiernos, es decir dejar libremente al mercado el “control” de la economía. En esta también postula darle al estado un papel más activo en el desarrollo de la economía, este papel que se conoce como política fiscal, influyó notablemente en las políticas realizadas por los gobiernos a mediados de siglo.

Luego en la década de los 60s Milton Friedman, propuso la teoría del Monetarismo, basada en los estudios de Irving Fisher, a quien ya hemos mencionado. Y consiste en el manejo por parte del Banco Central de una política monetaria, que permita el crecimiento de la economía, reduciendo la inflación a largo plazo.

En nuestros días ambas teorías –el monetarismo y el keynesianismo-- pueden convivir, y conviven, siempre que se formulen sobre bases reales. Y estas bases reales consisten en elaborar y ejecutar un presupuesto equilibrado por el lado de la política fiscal, haciendo énfasis en la educación e infraestructura y, por el otro lado, de la política monetaria, garantizar la independencia y transparencia del Banco Central.
Los economistas definen las funciones del dinero porque representa su papel como:

1. Medio de Cambio: pues evita la necesidad de coincidencia de deseos.
2. Depósito de Valor: Porque es un activo que mantiene su valor con el paso del tiempo
3. Unidad de Cuenta: Pues en base a ella se miden los precios y se llevan las cuentas.
4. Patrón de pagos diferidos: las unidades monetarias se utilizan en transacciones a largo plazo, como los préstamos, por ejemplo.[11]

El dinero como hemos visto ha sido fundamental para el intercambio de bienes en las sociedades a través del tiempo, unas veces representado en animales y productos agrícolas, otras en metálico y en el futuro quién sabe[12], pero a fin de cuentas, el dinero se ha mantenido siendo el símbolo en que se mide la riqueza de las naciones…

Obras Consultadas y Citas :


[1] Montesquieu. Del Espíritu de las leyes. Editorial Tecnós. 2da. Edición. 1993. Madrid. pp.221
[2] Citado por Montesquieu. Op.Cit. pp.261.
[3] Este ultimo dato lo menciona John K. Galbraith. Historia de la Economía. Ariel Sociedad Económica. De. 7ma. Edición. Barcelona, pp. 154.
[4] Jean Jacob Rousseau. El contrato social. Editorial Edaf. Madrid. 1991. Pp. 45.
[5] Cicerón decía “(..) suprimid la ley civil, y nadie sabrá lo que es suyo propio y lo que es de otro hombre (..)” Citado por Thomas Hobbes. Leviatán o la Materia, Forma y Poder de una República Eclesiástica y Civil. Fondo de Cultura Económica. México. 2da. Edición. 1980. Pp. 203.
[6] Montesquieu. Op.Cit. pp.261.
[7] Citado por Montesquieu. Op.Cit. pp. 265. La sal como forma de pago no duró mucho tiempo, ese tipo de pago carecía de la característica de durabilidad necesaria… se derretía.
[8] John K. Galbraith. Op.Cit. Pp 25.
[9] John K. Galbraith Op.Cit. pp. 168
[10] John Maynard Keynes. Teoría General del Desempleo, el interés y el dinero. Editora Alfa y Omega. Santo Domingo. 1986. Pp. 102-104.
[11] Rudiger Dornbusch, Stanley Fisher. Macroeconomía. Mc Graw Hill. 6ta. Edición. Madrid. 1994. Pp419-420.
[12] En la actualidad está muy en boga el uso de tarjetas electrónicas inteligentes para almacenar y negociar con el dinero, extrayéndolo de distintos tipos de cuentas.

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