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miércoles, junio 28, 2006

Sobre la ciencia, la tecnología y nuestra responsabilidad

“(...) Oh sueño incomparable! El alma del hombre aspira a subir siempre más, a
seguir adelante; la alondra canta para nosotros en el espacio azul, el águila
nos da ejemplo volando sobre las montañas, lo mismo que la grulla cuando marcha
gozosa al lugar donde nació(...)”
Fausto (Acto I, Escena
1)
Goethe

“Mejor es la sabiduría que las armas de la guerra;
pero un pecador destruye mucho bien”
Eclesiastés 9:18
(Santa Biblia)


El hombre, en su lucha contra los infortunios, que se levantan como montañas en el discurrir de su vida, trata con insistencia de descubrir las causas de estos para invertir sus efectos de manera que nos beneficien.
El camino recorrido tratando de “descubrir las causas” ha sido largo; más largo aún es lo que le falte por recorrer.
La aplicación de estos hallazgos conlleva riesgos que, como arena movediza lo hundirían antes ayudarlo. Y es que se encuentra ante dilemas y paradigmas que en su recorrido chocan contra la sociedad. Dilemas y paradigmas del tipo ético, cívico y religioso, que son obstáculos insalvables si queremos depurar los efectos sobre nosotros mismos.
Éticos, porque al aplicarse necesita definirse si los impactos irradiaran ondas en pro de la humanidad o males que incentiven el caos y el desorden.
Cívicos, pues deben desarrollarse en un marco legal positivo basados en la ética definida.
Y, aunque no finalmente, religiosos; ya que ésta está arraigada profundamente en nuestras creencias y costumbres. Distorsionar las creencias religiosas significa plantear la necesidad de reinterpretar las leyes divinas o flexibilizarse para aceptar los nuevos paradigmas. La historia es el mejor testigo al referir cómo la religión es el obstáculo más obstinado al momento de aceptar cambios tan radicales.
Evidentemente, dentro de la ciencia en sentido general, el caso particular de la Genética es el más controversial. Y es que la Genética investiga sobre nuestra herencia biológica y manipula con esta herencia tratando de eliminar las causas de nuestras imperfecciones. Al actuar en este sentido blande contra nosotros un arma de doble filo.

De doble filo decimos porque emergen preguntas tales como: ¿ Qué tal si se usa con fines bélicos? o bajo la idea de la raza superior ¿ No alentaría la discriminación racial?
Por el momento no respondamos, dejemos estas preguntas flotando a la deriva sobre el ondulante mar...
De por si, conceptos como la contracepción y el aborto son escabrosos y muy impactantes socialmente: Han provocado división de opiniones y confusión de reacciones.
Ahora la clonación. Abre todo un nuevo espacio de intrigas, temores, misterios, interrogantes. Podemos dejar, también, flotando, a la deriva estas cuestiones...mientras otros la usan según sus propios intereses.
La sociedad debe tener conocimiento respecto a lo que está ocurriendo. No puede cerrar los ojos a las consecuencias negativas de lo que acontece, al contrario, debe participar en debates y discusiones; sino iniciarlos.
Todos queremos que el filo del arma sea para nuestra defensa, no para herirnos.
Los impactos de toda la tecnología nos afectan, por más mínimo que sean y creemos que, en la más de las veces, positivamente.
¿Quién niega estar interesado en que se encuentren antídotos para las enfermedades; desde la más necia y presente, la gripe, pasando por el temerario cáncer y finalmente, por el momento, con la “peste negra” el SIDA?
¿ A qué padre no le gustaría que sus hijos nacieran y se desarrollaran con cero riesgos ante estas enfermedades, que nazcan del sexo que gusten o que tengan determinadas aptitudes intelectuales o artísticas?
Y hablamos de la genética, pero echemos un vistazo las telecomunicaciones, la informática, la electrónica, la aeronáutica, por solo citar algunas áreas que resultan interesantes.
Bill Gates, en su libro “The road ahead” (el camino al futuro) plantea que “la tecnología es algo demasiado serio para dejarla sola en manos de los técnicos...”
Asumamos pues, la sociedad, una posición. Planteemos qué es lo correcto, qué es lo bueno, qué es lo malo. No dejemos ya que las interrogantes sigan flotando a la deriva: Tomémoslas, analicemos sus causas y efectos, respondamos con el debate, el dialogo, el consenso.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Primero que nada Boss, Bienvenido al maravilloso mundo blogger que nos permite expresar nuestras vivencias, conocimientos e inquietudes logrando un gran desahogo de nuestras ideas en esta tormenta de sociedad que centra nuestras vidas en el ambiente profesional y laboral dejando poco tiempo a la expresion de nuestros mas profundos pensamientos y creencias.

En el siguiente parrafo interezantemente usted cita. --> ¿ A qué padre no le gustaría que sus hijos nacieran y se desarrollaran con cero riesgos ante estas enfermedades, que nazcan del sexo que gusten o que tengan determinadas aptitudes intelectuales o artísticas? A mi entender e historicamente vemos que la ciencia y la medicina han sido de los grandes beneficiarios de los avances tecnologicos, tambien es perceptible que la inversion para el desarrollo de la tecnologia no es la misma ni se asemeja a las que estan vinculadas al ocio o al ambiente tecnologico empresarial... Si bien es cierto que hace 100 años nadie penso que se podria cruzar el mundo en tan solo algunas horas, tampoco nadie penso que enfermedades que ahora mismo son de rutina en esa epoca fulminaban la vida de miles de personas como la tuberculosis.

Definitivamente la ciencia cada dia avanza mucho mas, pero tambien como usted argumenta debemos analizar, pues si bien la inversion a sido grande, la misma no a sido centrada en las mejores areas y mucho menos pensando en el bienestar de esta sociedad. Lamentablemente la economia mueve al mundo y mientras por cad 100 ricos existan 250,000 pobres las cosas seguiran asi.

Welcome.