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domingo, diciembre 26, 2010

Chirín - Drama en 3 actos

Esta es obra está incompleta. Quizás fue escrita en el 1997. Todo el mundo habla de los líderes, los predestinados, en fin... la publico como está.
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-ACTO I
- ESCENA I -
La lluvia tamborilea en el zinc. La noche está fría. La lámpara ilumina tenuemente la habitación y Chirín lee el periódico del día.
Chirín: - Pero ¿por fín, en que terminará esto?, ¿veremos algún día un cambio en ésta, nuestra situación?. Todos, como ciegos, actuamos torpemente y en sentido contrario a los acontecimientos que suceden. Tropezamos contínuamente con las piedras del fracaso y antes que levantarnos, continuar luchando, nos dejamos llevar por el dolor que provoca la caída. Orgullo, vanidad, envidia, nadie está conforme consigo, todos luchamos por nada. Parecemos abejas abobadas por el humo que produce el fuego. Ovejas de un rebaño y, quien las ve pensaría que porque caminan hacia delante, y una lleva la delantera, ésta las dirige. Sin embargo, qué perdidos estamos: parecemos veleros sin viento que excite nuestas velas; pilotos sin faro que nos guíe; perdidos en las tinieblas, abandonados en la tempestad, diluidos en la miseria. Pero ¿por qué?, es que no existe alguien que luche con nosotros, es que ¿es esto una lucha de sálvese quien pueda?: pero salvarse de quién; ¿corran todos por su vida?: pero huyendo a qué; todo una lucha de subsistencia, desbandados como insectos, cuyos instintos les predicen males ecológicos futuros y tienen movimientos torpes: aunque no ven qué acontecerá, tiempo después no son ellos los testigos del cataclismo, pues han huído y quién sabe si seguros de evitar el mal. Seguramente estamos así. ¿Y quién no incita a que hagamos?, ¿quién responde luchemos?. Nadie; como propuesta oímos al viento; y como respuesta el bullicio del silencio.
Se levanta de la silla, disminuye la intensidad de la lámpara y se dirige a su habitación.
- ESCENA II -
Amanece. Los cantos de gallos se suceden continuamente.
Lucía, enojada, está en la cocina colando café y preparando desayuno. Hay muchas moscas, llovió la noche anterior. El cielo está nublado, la lluvia no tardará en caer.
Lucía : ¡Qué mosquerío!, ¿Cuándo vendrán a recoger esta basura?.
Chirín: Buenos días. (Besa a Lucía).
Lucía: ¿Cómo dormiste?. (Sirve el café).
Chirín: Bien, pero me he levantado triste y acongojado.
Lucía: ¿Acongo' qué?. ¡Jú!. Si sigues leyendo tanto vas a parar en loco. ¡Oye a éste!, hablando con "fisnura" y palabritas "aristotélicas". ¿Acaso no sabes que eso de intelectualidad es sólo para personas que no tengan necesidades?, ¡eh!. A mi tú no me pareces muy suelto económicamente. ¡Mírate!, ¡qué pantalones!, ¡qué sueldito cobras!, un simple empleadito de zona franca, planchando y cosiendo pantis...
Chirín: ¡Pero mujer!, ¿qué te pasa, por qué ese truño, no será por esa simple ...
Lucía: ¡No, por esa simple palabrita, no!. La solución de nuestros problemas, de la miseria que continuamente mantenemos, de la comida que necesitamos, todo eso no lo evitarás leyendo a tus malditos rusos, franceses, alemanes y qué se yo de que otros lugares; que antes de escribir ya tenían el problema de la comida resuelto, para alimentar a tontos como tú con palabrerías que "reaviven el espíritu social de la humanidad"...
Chirín: ¡Ah, tonta e infame mujer!, desprecias el esplendor de tan bellos pensamientos, necesarios para motivarnos a luchar por nuestros derechos sociales (lo dice en tono burlón). Ante una sociedad injusta que sólo busca el beneficio unipersonal sin tener en cuenta a sus...
Lucía: ¡Ahora si nos salvamos, la representanción del comunismo en la casa!.
Chirín: Mi amor, no lo veas así. Comunismo, socialismo, capitalismo; todo la misma basura con distintos nombres. Nuestro capitalismo actual prueba ser ineficiente en todo y mucho más lo es nuestra democracia que ha fallado al buscar la igualdad de condiciones sociales para el desarrollo económico, pues ya sabemos que las condiciones naturales de cada quien harán que se progrese o fracase. Fíjate en nuestra educación, naturaleza y condiciones sociales se unen para crear un mayor desequilibrio y sepultarnos en el marasmo y la oscuridad de ideologías, que antes que en contra, deberían emitir las luces cuan faro que nos señala el camino de la libertad...(Ve hacia su reloj de muñeca y nota lo tarde que se ha hecho. Le da un beso a Lucía y se va corriendo con su lonchera).
-ESCENA III-
Es una industria de fabricación de ropa interior de mujer. Miguel, mejor amigo de Chirín, está preocupado mientras utiliza la cosedora. Trabaja rápido.
Miguel: Son las 8:15 y Chirín nada de llegar, que le pasará. Ese está de remate (gesticula poniendose su dedo girando en la sien). (Ve a Chirín llegando y le grita preocupado). ¡Hombre, donde has estado, estaba muy preocupado!.
Chirín: ¡Tuve una "pequeña" discusión con mi mujer!. Nada serio, pero me preocupa, pues ella tiene razón en lo que dice. Cada vez nos rinde menos el dinero. La suerte es que se acerca la campaña presidencial y comenzarán a darnos "funditas", dinero y nos mantendremos por un tiempo (se frota las manos, y ríe sarcásticamente).
Miguel: ¡Ah, Chirín!, no me hagas reir. Es preocupante la situación actual. ¿Cómo saber en quién confiar? Todos ofrecen, ninguno da muestras de ofrecer nada distinto. Parecen confabulados para decir lo mismo. Con su demagogia nos viven engañando. Necesitamos alguien nuevo.
Chirín: No se para que quieres alguien nuevo si dirá lo mismo para proyectarse como candidato. Esa búsqueda de "alguien nuevo", como tú dices, está pasando últimamente en nuestra América, acaso no ves lo que ha pasado en todos lados, se buscan fórmulas nuevas, líderes nuevos, ideologías distintas, pero hasta ahora no han funcionado...
Capatáz: ¡Hey, dejen la habladería por ahí y pónganse a trabajar! (gritando).
Chirín: ¡Miguel!, (dijo susurrando) hablaremos más tarde, no quiero tener problemas con éste. Si se me acerca, con esta rabia que tengo, nos daremos tantos golpes que sería difícil curarnos en mucho tiempo. (Chirín comenzó a coser en su máquina, Miguel asintió, con una ligera sonrisa en los labios).
- ESCENA IV -
Lucía está en la cocina, prepara el almuerzo. Doña Lucrecia, la vecina, llega a la casa. Entra a la cocina hecha risas.
Lucía: Doña Lucrecia, ¿a qué se debe tanta alegría, si es que se puede saber?.
Lucrecia: ¡Ja, ja, ja!, no se imagina, comadre. Estaba yo en la fila para conseguir los mejunjes para comer, en el kiosko del gobierno. De repente, llegó un borracho sucio y andrajoso. Se me acercó dando tumbos y con la cara hecha muecas por el ron, y un tufo pestilente, que hacía imposible el estar a su lado. Yo lo había notado e intentaba alejarme sin salir de la fila, para evitar que se me acercara. Me estaba fastidiando con unos piropos de lo más cursi. Enojada, le dí un empujón que hasta a mí me dolió. El hombre comenzó a echar hacia detrás como halado por alguien; luego giró buscando equilibrio y se quedó en un pié, hacía esfuerzos por no caerse, y se tiró en brazos de un policía; éste disfrutando del espectáculo y buscando que continuara, lo volvió a soltar. Momentos después el borracho recuperó el equilibrio gracias a un señor, que le dió unas monedas y se fue haciendo esfuerzos para no caer. En el momento yo estaba muy enojada y ruborizada. Ahora cuando venía lo recordé y me he reído hasta por los piés.
Lucía: ¡Hay comadre!, usted lo cuenta y me apena que lo diga. ¡Cómo se puede reír con tanta desfachatez, principalmente teniendo un esposo como el suyo cuyo desayuno, almuerzo y cena es el ron!. ¡Debería darle pena y, fajarse para lograr que él deje ese maldito vicio!.
Lucrecia: ¡Qué aguafiestas!, ¡qué cruel es usted!, ¡me trae de la risa a la tristeza sin la menor compasión!. Sólo falta la pela...
Lucía: Bueno, sus burlas no son nada agradables.
Lucrecia: Y ¿por qué está usted tan entruñada?, ¿qué le pasa?
Lucía: Es Chirín, lo veo muy despreocupado de nuestra situación. Es un rebelde, vive leyendo ¡oh esos libros, lo van a volver loco!. Vive hablando sobre la decadencia de la sociedad, educación, etc. como todo un sindicalista; pero no está preocupado por asuntos más realistas como: el saber qué vamos a comer hoy, si vestimos bien, si podremos dar una vuelta.
Lucrecia: El me parece muy inteligente, no creo en esa falta de preocupación que usted dice, sí creo que se está preparando para algo. No se qué, pero veo su aura como la de personas destinadas a ser importantes. Creo que es un elegido ¿para qué?, no sé, pero sus preocupaciones y pensamientos no son de personas normales. ¿Recuerda la vez que estábamos cenando y nos comenzó a hablar con voz de intelectual? Yo no le entendí una palabra, pero su aura brillaba de una manera intensa. La luna no brillaba tanto ese día, y estaba llena; y el cielo despejado. No muchas personas la proyectan así. Aparentaba estar convencido de lo que decía. No estaba bromeando. Nosotros, pocos conocedores de ésos temas y palabras, sólo pudimos quedar boquiabiertos y admirar su entusiasmo, prudencia e inteligencia.
Lucía: ¿Usted cree?. Si fuera prudente e inteligente como usted dice no estaría yo con este mosquerío y en este barrio pestilente, lleno de mugre y gentucha. ¡Mire comadre!, usted con toda su brujería y supersticiones no ve más allá de lo que yo; y lo que veo es un loco hablando disparates, reconozco que nos agobian los problemas que él menciona, pero esos problemas son para que la gente rica y del gobierno los resuelvan, no para ¡un muerto de hambre!.
Lucrecia: Sí comadre, tal vez tenga razón, pero créame, antes que atacarlo debería preguntarle por qué lo hace. Tal vez le diga. Bueno, y ahora voy a preparar la comida, antes de que el borracho ése llegue.
Lucía: Vaya usted.
- ESCENA V -
La cafetería de la Zona Franca. Había una gran algarabía. Estaban todos los trabajadores. Se encuentran almorzando Chirín, Miguel y compañeros.
Obrero 1: ¡Hey!, ¿vieron anoche lo del Payano1 ? (a esta pregunta respondieron todos al unísono, se formó un caos).
Obrero 2: ¡Yo creo que ese tipo debía más cuartos que el diablo...! (Hablando alto para que le escuchen, de inmediato el Obrero 3 le interrumpe).
Obrero 3: Mira, ese tipo tenía más negocios que tú, yo y todos nosotros juntos; eso te lo aseguro. Creo que era más venganza que otra cosa, o estaba loco... (le da vueltas al dedo al lado de su cabeza, Chirín es quien interrumpe ahora, gritando para imponerse).
Chirín: ¡Ustedes si no son necios, porque no se les ha dado el chance!; no saben de la vida y la naturaleza humana, son un grupo de charlatanes. En estos momentos cada uno de nosotros podría intentar meterse a un banco y robar. ¿Por qué? ¡Oh!, y los problemas económicos, la vida de miseria que llevamos, la presión de nuestras mujeres exigiéndonos más, no les parece suficiente. Todo eso crea un caos psicológico en nuestras mentes, que nos irrita, exacerba y calcome los sentidos, que se debilitan de tanta tensión. Ese hombre estaba desesperado seguramente, y no lo estoy justificando, pero tal vez se le debilitaron los sentidos, como he dicho, y motivado quién sabe por que otras muchas razones, intentó traspasar las fronteras que otros logran atravesar por otros medios (gesticula las manos en señal de robo). El, no escogió la mejor vía, no estudió la situación; aunque víctima del pánico, la presión social, la necesidad de sobresalir, de tener ésto y lo otro ¡quién va a pensar!; su mente se nubló y sus esfuerzos por atravesar la frontera de la ilegalidad fracasaron con su propia muerte. ( Habían hecho silencio, le escuchaban con atención, los tenía en suspenso).
Miguel: Pero, yo creo que la policía no debió haber disparado...(diciendo ésto, volvió de nuevo el caos)
Obrero 2: ¡Demasiado tiempo se tomaron! (gritó). Debieron acabar de una vez con ese tipo, que mantuvo a la población en zozobra por tres días con sus noches... ¡A ese tipo de plagas no se le puede dar chances, se deben eliminar de nuestra sociedad! (dijo ésto último con aire de loco).
Continuaron discutiendo y debatiendo por el resto del almuerzo. - ESCENA VI -
A la hora de salida, suena la campana. Todos salen con prontitud del trabajo. Hacen una gran fila para marcar la tarjeta de salida. Se oyen los sonidos de las distintas bocinas de los autobuses y vehículos. Todos tratan de tomar una "g°ag°a", pero hay tanta gente, y pasan tan llenas, que Chirín y Miguel prefieren irse a pié.
Caminaron un rato hasta que se encontraron con todo una muchedumbre. Alguien estaba agitando, con palabras estridentes y apasionadas a la multitud. El agitador se llama Alberto, aparentemente el líder que convocó dicho mítin. Todos le escuchaban. Chirín y Raúl se acercaron para investigar el porqué de esta manifestación.
Alberto: ¡Señores, escuchen!, no podemos seguir así, tan sumisos a los actos del gobierno, debemos motivar a nuestros vecinos y unirnos, para evitar que sigan dando uso indiscriminado a nuestro dinero, ¡que nos lo quitan en grandes cantidades!. Sí, por si no lo sabían es ¡nuestro dinero!. No podemos mantenernos con los ojos vendados, unos dicen ¡eviten derramamientos de sangre!, otros insisten en callarnos, otros en hacernos ver como simples figuras en contra de la democracia, pero no hacen nada por nosotros; solo mantienen una constante intervención, más por fines de convertirse en celebridades que buscar soluciones a nuestros problemas. Si no nos revelamos, será peor. Oígan al gobierno, dice constantemente que nuestra situación mejora, ¡mentiras, mentiras, mil veces mentiras! (hablaba apasionado, afluía más personas a la manifestación, los tenía bebiendo de sus labios). Tú, (señala a una limosnera anciana y sucia), ¡mírate!, acaso el gobierno hace algo por tí. Miren a los niños, se convierten en limpiabotas, limpian vidrios a los carros, andan mendingueando un pan por las esquinas, venden flores, cuando deberían estar en una escuela aprendiendo a ser hombres con los estudios; nos mantenemos en el atraso, ¿por qué?, porque al gobierno no le dá la gana de que aumentemos nuestros conocimientos, sólo les interesa nuestra ayuda cuando quieren aumentar los "ingresos fiscales"; que le ayudemos denunciando los "actos de corrupción"; ¿creen ustedes que van a hacer algo? ¿pueden creer que oficinas cuya obligación es auditar y mantener libre de corrupción a las empresas del estado, haya que emitir un decreto para que se pongan a funcionar? ¡no!, si todo el mundo sabe ¡quiénes son, qué hacen, cómo lo hacen... ¡no señores!! ¿quién va a poner en cintura a éstos gobiernos "democráticos"?, ¿acaso creen ustedes que en realidad son democráticos?, ¡qué va!, cada cuatro años están en campaña por el poder, cada cuatro años piden nuestros votos, se acuerdan de nosotros, !quienes se supone que gobernamos junto a ellos!, pero ¡qué les interesa más que ganar nuestros votos!, y ni aún esos votos son los que nosotros damos, ¡no!, nos engañan. ¿A quién seguir? ¡quién sabe!, por eso me uno a ustedes, les pido su ayuda, tenemos que acabar con ésto, alcémonos en una lucha de fuerza, para hacer oír nuestra voz, para que sepan qué puede hacer un pueblo con hambre y lleno de miserias... (escucha el comentario de alguien que lo saca de concentración, se irrita, lo mira con rencor, lo señala). ¡Tú!, ¿por qué pones en duda lo que digo?, ¿te atreves a decir que miento?, ¿que no hablo la realidad?, ¿que tenemos pocas esperanzas de pelear...? (espera que responda, es Chirín el señalado).
Chirín: Lo que dices, todo es cierto. Pero no buscas soluciones sencillas, quieres despertar al pueblo. Quieres encender la chispa, pero no tiene planes para controlar el fuego. ¿No sabes acaso lo sensible que es el pueblo? que está esperando un loco, un mesías, una persona que saque la cara. ¡Sí!, se que lo sabes, quieres ser ese elegido pero no eres muy sensato. (Levanta la voz) Quieres que el pueblo se revele pero tú de manera irresponsable no estás dispuesto a dar el primer paso. No ves más allá de tus palabras. Intentas agitar la sangre del pueblo. Un pueblo pasivo, que no quiere problemas; que está tranquilo, pero no por cobarde, sino por la necesidad de alguien que busque la unión, pues cada intento que hace de gritar es aplastado fruto de la división que logra el gobierno cuando hábilmente ofrece a grupos individuales carnadas baratas, y éstos las aceptan pues sus intereses fueron resueltos. ¡No!, unión total es lo que necesitamos, si no nos resuelven y dan respuesta a la mayoría no hay trato. ¡No!, por experiencia el pueblo sabe que rebelarse no es sencillo. La guerra genera hambre y miseria, aún más de las que se están pasando. Son luchas fratricidas que no buscan el equilibrio, ¡no!, sólo buscan quitar del poder a unos para dárselo a otros, y de manera violenta; a fin de cuentas siempre es el pueblo quie queda mal parado, matándose unos con otros, siempre pierde. Piensa tus palabras, no creas que el pueblo no te comprende y siente lo que dices, yo también lo estoy. (A aumentado enormemente la cantidad de personas en el mítin, todos escuchan a Chirín que tiene voz fuerte y segura). Pero no puedes agitarlo, si lo agitas se volverá en tu contra, y no sabrás como controlarlo. Tus chispas tienen mucha probabilidad de caer en el combustible de las masas, el cual arde sin esperar, ¿estarás ahí para combatir junto a ellas? (Pausó, se calmó, Alberto el sindicalista, tenía los ojos brillando de cólera).
Alberto: ¡Tú! (le señaló con el dedo de nuevo), ¿quién te ha pedido opinión?, ¿por qué intentas desprestigiar mi discurso, cuando está lleno de sentimientos generados por la represión a que nos tiene sometidos el gobierno? ¿acaso eres tú representante de ellos? ¿acaso buscas aumentar la niebla que nos envuelve como explotados? (El pueblo se agita y respaldan unos a Alberto otros a Chirín, unos lanzan violentos juramentos contra el otro. Agarran a Chirín, unos lo defienden, forcejean con él, Miguel intenta defenderlo y lo golpean, levanta la voz y gritando continúa hablando. Alberto ve el alboroto que ha provocado y lanzando grandes gritos logra calmar a la muchedumbre).
Alberto: !No peleemos contra nosotros mismos, amigos! ¡Déjenle hablar!, tal vez haya más cordura en él y comprenda que no es derramar sangre lo que queremos, es que estamos sufriendo y sentimos los ardores de la miseria que nos consume, como al plástico cuando se echa al anafe.
(Sueltan a Chirín. Los que están a su favor lo conducen a la tarima sobre la que estaba hablando Alberto. Miguel logra hacerse paso hasta la tarima también. A Chirín se le nota un poco nervioso).
Chirín: ¿Dices que estoy con el gobierno?, ¿insinuas que no soy del pueblo?, ¿que mis valores no son los mismos?. Pues no es así, tengo tanto derecho como tú u otro de los que aquí están, ya que todos nosotros somos el pueblo. No he negado en ningún momento el que estemos siendo víctimas de injusticias, de sorderas fingidas por parte de las autoridades, lo que digo es que nuestra lucha tiene que ser organizada porque de no ser así sucumbiremos tantas veces como lo intentemos. ¿Por qué acudir a la violencia si podemos unirnos y combatirlos por sus mismos medios?; ¿por qué no ayudarnos?; ¿por qué no aunar esfuerzos para unidos vencer? Es eso lo que digo. No es necesario derramar sangre, sólo necesitamos apoyarnos y lograremos lo que nos propongamos. (En éstos momentos Chirín está agotado, su piel enrojecida por el esfuerzo, las manos crispadas y muy sudado).
Alberto: Hablas muy bonito. Pero no es palabrería lo que necesitamos. (Su voz sigue alta, pues el gentío le hace vociferar tan fuerte como pueda). Tú aparentas ser sabio y valiente, pero ¡acércate por favor! (Chirín caminó hacia el agitador). Mis palabras son insolentes, pero se necesitan, se necesitan porque nadie nos hace caso, porque estamos desamparados y desesperados de tanto hablar, gemir, llorar. Nadie nos responde, nos ignoran. Sabemos que nos temen, pero no quieren responder a nuestras plegarias. Escuelas, trabajo, ayudas; todo lo necesitamos y no nos escuchan. Queremos subir, y ellos nos quieren mantener abajo. ¿Qué hacer entonces?, ¡sí!, ¿qué hacer?. Cuando un bebé tiene hambre, ¡grita, grita, grita de desesperación! y sin importarle la pela segura con que lo castigarán, luego, a regaña-dientes hay que buscarle la leche. Así mismo es el pueblo, sabe que lo van a intentar callar, pero está desesperado, tal vez prefiere morir, pero hay que escucharlo, dicen "hagan huelgas, muestren su conciencia de manera pacífica", pero seguimos sólos, no nos oyen... ahora yo pregunto, a tí que has hablado con un tono tan pacifista, ¿qué hacemos?, ¿cómo lo hacemos?, dínos, pues esperando la respuesta de alguien estamos.
Chirín: La pregunta, aunque es fácil contestarla, seguramente será difícil el aplicarla. Debemos organizarnos. Si es el pueblo quien hace la pregunta, él mismo debe contestarla. El pueblo tiene que gobernar, eso es la democracia. Estamos en campaña electoral. Unámonos al pueblo, mostrémosle nuestra respuesta, ellos esperan un líder, ese líder debe aparecer pronto. No dudo que esté bien cerca, tal vez seas tú, o aquel, o aquéste. Este país está lleno de personas capacitadas que necesitan el apoyo nuestro. Existen partidos que de subir al poder podrían hacer importantes logros. Y si no estamos conformes con los líderes o partidos existentes, creemos el nuestro, pero el hecho es que nos organicemos, sin organización no podremos seguir adelante.
Alberto: Tal vez estés en lo cierto. Este es un momento trascendental en nuestra historia. Estamos llamados a asumir nuestra cuota de responsabilidad ante el futuro que se nos acerca y del presente que vivimos. Nosotros tenemos que crearlo. Esta tarde tan angustiante, llena de inquietudes y necesidades; ésta tarde, nacerá un nuevo movimiento, nos esperan nuevas metas, ha aparecido ése, sí, nuestra espera era larga pero tal vez llegado. Creo firmemente que tú eres a quien hemos estado buscando, el elegido, tú serás nuestro líder. En tí confiaremos nuestro futuro, sentimos lo que has dicho y necesitamos manifestarlo, porque vibramos por hacernos oír, porque cambie nuestra situación nacional, ya no permancer como entes inactivos, que sólo protesta cuando tiene el agua al cuello. Necesitamos formar una nueva organización, le daremos nombre, pues no podemos demorar.
Chirín: Me siento halagado por el gran honor que me haces. Pero un líder no se hace porque diga palabritas bonitas, sino por hechos. No me creo merecedor de tan gran responsabilidad, así que por favor. Seamos más sinceros y trabajemos por encontrarlo.
Alberto: No creo que rechaces el que te elijamos nuestro guía y líder. Más demostraciones de las que has hecho esta tarde no puedes hacer. Tu prudencia y sabidurúa, tu coraje y audacia, tu elocuencia y oratoria, si no son suficiente muestra con lo que has hecho, que nos condenen. A tí es a quien queremos.
Alberto agita al pueblo, lo azuza para que proclamen a Chirín líder. El pueblo gozoso, comparte el ideal de Alberto.
Alberto : Aparte de quererte como líder nos interesa el saber tu nombre, yo me llamo Alberto Vie. ¿Cómo te llaman?.
Chirín: Me llaman Chirín, mi nombre de pila es Isidro Esperanza. Pero...
Alberto: ¡Tu apellido es tan apropiado al momento, como el trabajo que comenzamos en ahora!. Tú has hablado de organizarnos, debemos iniciar esa organización ahora mismo, tenemos que bautizar ésto y constituir un nuevo equipo que luche por la justicia del país. Pero no como grupos moralistas de esos que rondan por acá haciendo más ruido que moralizando. ¡Una organización que surge del pueblo y que será para el pueblo!.
Miguel: ¿Por qué no darle el nombre de RESPUESTA?. Después de todo, no es eso lo que pide el pueblo, RESPUESTAS.
Chirín: ¡Bien pensado, Miguel!. Ese es el nombre que necesitamos, pues aunque de esperar respuestas estamos cansados; las necesitamos.
Alberto: ¿Eres amigo de Chirín? (pregunta a Miguel).
Chirín: ¡No sólo es mi amigo, es mi hermano!.
Alberto: El nombre RESPUESTA, me parece perfecto. Así le llamaremos.
Lo anunció a la multitud, lo repitieron varias veces, se despidieron, acordaron reunirse al otro día en la casa de Chirín.
- ESCENA VII -
Lucía está planchando, la ocupación la tiene abstraída. Entran Chirín y Miguel en animada discusión. Chirín se reía, burlándose de Miguel.
Miguel: ¡Te digo que sí!, ese tipo está loco y tú, que le sigues los pasos. No te tomará mucho para estar en el 28. (Chirín se ríe con más fuerzas ahora).
Lucía: Miguel ¿qué es lo que está pasando?, ¿por qué esa risa Chirín?, les ha pasado algo, cuéntenme.
Miguel: Fíjate Lucía, que hoy vinimos caminando desde el trabajo: las "g°ag°as" estaban llenas. Veníamos discutiendo lo del crímen ése de anoche; de repente, Chirín observa un gentío aglomerado alrededor de un loco gritando consignas y pidiendo al pueblo que se levante en armas. Chirín, tanto o más loco que el agitador, se acerca al gentío y participa del mítin. Utilizando cierta insolencia, caracterizada de una audacia envidiable, Chirín le ha hecho ver lo errado de sus ideas para levantar al pueblo en armas. Convencido el agitador, de la inteligencia y sabiduría que expresaba Chirín con sus palabras, lo cubre de alagos, elevándolo a la categoría de elegido del pueblo. El pueblo estaba como hipnotizado por éste par de locos. Tanto exclamaban con furor la necesidad de un cambio como que iban a luchar para que se produzca éste. Aprovechando esto, Alberto, que era como se llamaba el loco agitador, hizo esfuerzos grandes porque el pueblo recuerde éste episodio y a la vez celebraron el acontecimiento creando y bautizándo, ¡ahí mismo!, una organización, que a solicitud mía, ¡fíjate, hasta yo participé de la locura!, le pusieron por nombre RESPUESTA. ¡Te imaginas Lucía!. Y ahora yo, he hecho el paralelo entre éste par de locos y, Juan el Bautista y Jesús; ¿para qué ha sido ésto?, éste tonto ha explotado en carcajadas y ha hecho la burla de mí.
Lucía: ¡No puedo creer nada de lo que me has dicho!, ¿te burlas de mí?, ¿cómo que elegido?, ¿cómo que Jesús ni Juan, ni qué se yo otras tonteriías? "Respuestas" son las que necesito, par de lunáticos, ¿qué es eso de organización?, ¿cómo que Chirín? un patán como éste... (la interrumpe Miguel; Chirín se ha alejado a su habitación, no quiere hablar)
Miguel: Lucía, no te pongas así. Sólo lo decía para que rieras con nosotros. ¿Qué te pasa?.
Lucia: Sólo nos faltaba ésto, un muerto de hambre, sin un chele para caerse muerto y con condiciones de mesías; ¿y la paloma dónde está, para que se pose en su cabeza?.
Miguel: ¿Qué bella mesa has puesto? (cambia la conversación para calmar a Lucia y se ríe por el sarcasmo). ¿Qué has cocinado? espero que me invites a cenar. La verdad es que esa comida de la cafetería no sé a qué sabe, pero es a nada bueno. Preferiría mil veces que no estuviese...
-ACTO II-
- ESCENA I -
En la casa de Chirín, se encuentra Doña Lucrecia presente, su risa estruendosa, por momentos desespera a Lucía. Están sentadas sobre un par de mecedoras. Lucía está al tanto de lo acontecido, que se conoció de inmediato con entusiasmo por todo el barrio, varias semanas han pasado. Están tomando café.
Lucrecia: ¡Entonces pasó lo que te había dicho!, porque no puedes negar que te lo había dicho...!
Lucia: ¡Ay lucrecia, déjeme en paz! siempre hablando lo mismo y demasiado...
Lucrecia: Bueno, cuando seas la primera dama (añade con picardía), no dirás que no te lo advertí. Mira Lucía, seré una ignorante pero si existe una cosa en la que creo, sin temor a equivocarme es en la lectura del aura que irradia el cuerpo, ese brillo celestial que todos tenemos en mayor o menor intensidad. Esto me permite notar: si una persona miente o dice la verdad, si es noble o miserable, si puede o no lograr lo que dice; no es necesario saber de lo que la persona habla, sin problemas se descubre él mismo, pues su aura irradia la realidad... Te habia dicho que Chirín era un elegido y es por el brillo que sale de su cuerpo, al momento de tener sus calores políticos, que te lo he dicho. Es una linterna ese bendito y créelo, faltan un año y pico para las elecciones, muy poco tiempo, pero si se fajan y logran llegar al pueblo, ¡jú! ¿quién sabe, mira al Fujimori ese de Perú...? (aprieta los labios y hace con ellos un movimiento señalando a una esquina, como si estuviera el personaje aludido presente).
Lucía: ¡Yo no sé qué decir o hacer!. El está tan entusiasmado. Tal vez logre algo. Miguel es muy lúcido, pero no comprendo como sigue estas ideas absurdas, ahora me parece más loco que Chirín, un ejemplo real de Don Quijote y Sancho Panza. Oyete qué plan de campaña ha desarrollado. Como dicen que Chirín es el elegido van a llevar a cabo un plan parecido al usado por Jesús. El primer encuentro que tuvieron con Alberto, el agitador y loco responsable de lo que está pasando, se le pareció a la manera de predicar de Juan El Bautista; a la que por cierto, fue mucha gente. El plan consistirá en seguir esos mismos pasos de barrio en barrio, provincia por provincia. Alberto comienza y Chirín termina. Luego cuando se hayan dado a conocer, al estilo de los partidos políticos, llevarán gente de otros puntos, pues tu sabes: "¿dónde va vicente? donde va la gente...". (Lucrecia lanza una carcajada estridente).
Lucrecia: No se puede negar que Miguel se maneja por los conocimientos religiosos que tiene, debe ser influencia de tanta biblia que nos leen desde que nacemos. Pero, ¿de donde sacarán dinero para hacer esas movilizaciones que pretenden...?Lucía: El dinero lo sacarán no sé de donde, pero he visto a unos señores en carros muy lujosos hablando con Miguel y Alberto, con cadenas grandes, "cadenuses" tal vez...
Lucrecia: ¿En carros lujosos...?, pero no serán ¿...? (Lucrecia frunce el ceño y se rasca la cabeza)
Lucía: Dios quiera que no, mientras tanto Chirín ya piensa en abandonar el empleo. Ha logrado que sus compañeros de trabajo se integren en su campaña "proselitista". Han escrito varios artículos en la prensa y se han visto respuestas por parte de los lectores... Ayer llegó una invitación para programa de panel por televisión, me imagino para qué era pues Chirín no me la mostró, pero cuando la leyó se alegró.
Lucrecia: ¡Vecina!, prepárese que esto se va a poner muy bueno para ustedes, los estarán invitando a actos sociales para decir sus ideas y usted como su esposa tiene que representar bien su papel. ¡Tiene que emperifollarse muy bien...!
Continúan hablando de éstos acontecimientos, con entusiasmo.

- ESCENA II -

Están Miguel, Alberto, Chirín y otros amigos en el local del partido político "RESPUESTA", alrededor de una mesa, discutiendo sobre el avance del movimiento.
Alberto: Señores, nuestros pasos van firmes, el pueblo nos está respaldando y se están inscribiendo en el partido. Los partidos tradicionales están nerviosos. En las encuestas que están realizando aparecemos fuera del apartado "otros", nos están tomando en cuenta. ¡Ni nosotros lo creemos!. ¡Tenemos pocos meses en ésto, ¿quién lo creería?! A propósito, el abogado nos inscribió ya como partido político en la Junta. Tenemos suficiente gente, y dice que sólo espera el fallo cediéndonos los derechos y privilegios de que gozaremos como partido.
Miguel: ¡No es imposible!, definitivamente ¡el que tiene fé mueve montañas!, nosotros creemos lo que decimos y a la población le está gustando nuestro método de hablarles. Dios está de nuestro lado y el método que utilizó su Hijo para decir la verdad nos está resultando...
Chirín: Específicamente eso me preocupa, no creo que aumentemos mucho nuestro porcentaje en las encuestas siguiendo ése método de llegar, aunque haya sido efectivo hasta ahora.
Miguel: Pero Chirín, ¿cómo puedes decir eso? ¿estás ciego o no quieres ver? De cualquier manera, no es sólo este método el que nos mantiene: los artículos en la prensa, los paneles en que participamos, las respuestas sabias en ésos paneles, las críticas que nos hacen los partidos...
Alberto: En ése sentido tenemos que tener cuidado, oye cómo nos comparan con los últimos líderes de América Latina, que dándose a conocer poco tiempo antes de las elecciones, ganaron y ahora algunos de ellos han tenido problemas de corrupción. También nos comparan al loco ése de Texas, y les reprochan al pueblo ser seguidores fanáticos y que si creen lo que decimos los llevaremos a quién sabe dónde. Yo creo que lo mejor es que ataquemos fuertemente, levantemos al pueblo y les hagamos sentir nuestra fuerza al país.
Chirín: ¡Esa no es la manera de actuar Alberto, cuántas veces te lo he dicho, no seas necio Alberto! A veces creo que estás totalmente loco. Oyes que nos comparan y no se te ocurre pensar lo que dices. Si incitáramos al pueblo a levantarse en armas seremos tan locos como el Koresh2 ése de Texas. ¡Dejémoslos que hablen todo lo que quieran!, a fin de cuenta sólo aumentan nuestra presencia y publicidad en el ambiente. Aparte, siguiendo esos razonamientos, debemos ver cuál es la trampa que nos quieren tender, pues debe haber una trampa planificándose contra nosotros.
Miguel: El pueblo no se puede dejar engañar, deben saber que estamos luchando por ellos. Comprenden lo que decimos.
Chirín: ¡Claro que lo comprenden!, ¿por qué crees que la competencia quiere tendernos trampas...? ¿por qué crees que no nos quitan la vista de encima? ¿por qué crees que en las encuestas buscan saber nuestro porcentaje? tu bien dijiste que no aparecemos bajo el título de "otros" en las encuestas esas. Saben que estamos llegando al pueblo. Ahora es cuando tenemos que apretar y buscar nuevos métodos de llegar y atraer personas.
Miguel: Y, ¿por qué no hacer de la iglesia católica nuestros aliados?, después de todo, son ellos lo que más credibilidad tienen en el país. Aunque no sé cómo.
Chirín: Estas en lo cierto Miguel, tu lucidez me asombra. Estoy de acuerdo, la iglesia católica tiene mucha credibilidad, llevar a varias eminencias a bendecir nuestros encuentros nos ayudará a aumentar nuestro creciente empuje. Pero, incluye no sólo a la católica, pues nuestros objetivos no sólo la beneficiará a ella sino a las demás, que seguramente tienen mucha gente también, ¿qué crees tú Alberto?
Alberto: La verdad, Miguel tiene razón. Pero, ¿por qué?, si tú mismo (a Chirín) no crees en ella, quieres comprometerte. Me parece que deberías mantener tu postura y no meterte en problemas oscuros estableciendo patrones que no compartes. Es doloroso, pero recuerda que precisamente por que la iglesia católica es muy poderosa deberías evitar cualquier altercado con ella; y nada tengo qué decir de las otras, que aún no siendo tan poderosas tienen a mucha gente. Ya otros políticos han tratado de acercar a varias iglesias a romper el monopolio de los católicos y no le ha ido muy bien en las campañas desde entonces...Chirín: Recuerda Alberto que tenemos que aumentar nuestra credibilidad. Unirnos a la iglesia y con ellos trazar un plan de acción no es cuestión de lo que tú creas, sino de lo que nos conviene. Ponte a observar el panorama mundial: cuando cayó el comunismo, ¿cuál fue la primera institución extranjera que entró a Rusia, la iglesia católica?. Fidel Castro quiere ayuda internacional: lo primero que hizo fue permitir la libertad de cultos que tanto tiempo tenía prohibida...
Miguel: Además Alberto, fíjate que la institución que más poder tiene a nivel mundial es la iglesia católica. Hasta Estados Unidos, los más poderosos, tienen un embajador en el Vaticano; todos, de una manera u otra dependen de ella...
Alberto: He comprendido lo que dicen. Reduciremos nuestro discurso de manera que no ataque a la iglesia. Mi pregunta es la siguiente ¿cómo la haremos nuestra aliada?
Miguel: Fácil, insertemos en nuestro discurso el nombre de Dios. Hagámonos partícipes de sus causas, organicemos bazares, inauguremos locales, etc. con la presencia de sacerdotes y/o curas; cada vez de una religión distintas...
Chirín: Miguel, hazte cargo tú mismo de organizar la manera en que los integraremos a nuestras actividades. Me parece que estás claro en el objetivo que perseguimos...
- ESCENA III -
En el local principal de uno de los principales partidos. Sus dirigentes dialogan sobre la cercanía de las elecciones, un año falta, y el empuje que tiene el partido "RESPUESTA".
Toni: Dr. Pereyra, tenemos un gran problema, ¿recuerda usted hace algunos meses cuando le hablaba de un movimiento político que se estaba moviendo por las faldas del pueblo y que aparentaba tener poca fuerza, pero en crecimiento? pues ese movimiento, según nuestras últimas encuestas, está en cuarto lugar. Esto nos llena de preocupación pues estamos muy cerca de las elecciones. Ya algunos partidos están por negociar para aliarse a ellos, el partido de que hablamos es RESPUESTA. Sus dirigentes parecen ser personas muy lúcidas, el mensaje que dirigen al pueblo muy convincente. Han usado métodos de penetración tradicionales, pero manejados de forma muy bien organizada. Tienen de su lado al pueblo, han conquistado la buena voluntad de las distintas iglesias, están conquistando a empresarios que antes nos eran fieles...
Dr.Pereyra:Ya había oído hablar de uno de los dirigentes ¿Chirín?, parece ser muy inteligente y astuto, rebelde y a favor de las buenas causas. Ha aparecido varias veces por televisión. ¡Increible la convicción con que habla!, ¡sus planteamientos son firmes!, aunque se ve que hace poco que hace política, muestra dominio de lo que hace y dice. Tenemos que neutralizar sus esfuerzos. Me gustaría un encuentro con él. Conocerlo más de cerca. Saber de lo que es capaz...
(Toni asiente y señala a uno de los guardaespaldas, que se acerca. Le dice algo a los oídos, asiente, pide permiso y sale de la oficina).
Dr.Pereyra:Me comprendes demasiado rápido Toni...

- ESCENA IV -

Alguien toca con insistencia la puerta, Chirín y Lucia están durmiendo. Lucia se levanta a abrir. Chirín también se levanta.
Lucia: ¡Ya va, ya va!. ¿Quién es?.
Señor 1: Venimos en búsqueda del sr. Chirín ¿Es aquí donde vive?
Lucia: Sí (en ese momento abre la puerta). ¿Qué buscan a esta hora, señores? ¿Es que acaso es tan urgente que no puede esperar a mañana...?
Chirín: ¿Quién es Lucía, oí que mencionaban mi nombre?.
Lucia: No sé, son unos señores... (Chirín llega).
Chirín: Saludos, ¿qué pasa?
Señor 1: El Dr. Pereyra quiere hablar con usted. Nos pidió que se lo hicieramos saber. Espero que disculpe nuestro atrevimiento al llegar tan tarde, pero nos parece por su actitud que necesita verlo urgentemente.
Chirín: Y ¿por qué no viene él aquí, ya que es tanta su urgencia? Lucia: Sí, ¿por qué no viene él?
Señor 2: Para eso nos tiene, para conseguir lo que necesite (responde de manera un tanto insolente). No tenemos mucho tiempo para respuestas. Pregúnteselo usted cuando lo vea, ya que lo está esperando. ¡Póngase ropa si no quiere que lo llevemos como está y vámonos!.
Lucia: Y ¿en casa de quién piensan ustedes que están? dónde está su educación.
Señor 1: Discúlpen a mi compañero, es un poco odioso. Por favor señor Chirín, acompáñenos. Comprenda nuestra situación, sólo cumplimos órdenes.
Chirín: Bueno, permítanme vestir.
Lucia: ¡Chirín no vayas! (Aparte) No conoces a estos individuos. ¿Por qué quieres ir?.
Chirín: Sabía que esto iba a pasar de un momento a otro. No te preocupes. Informa a Miguel y Alberto que fui a hablar con el doctor. Espero que no me tome mucho tiempo. (Vánse)

- ESCENA V -

Han traído a Chirín bien escoltado a la casa del anciano dirigente. Están en la oficina de él, un gran estante lleno de libros está en el ala derecha. El escritorio donde se encuentra sentado el Dr. Pereyra está en la esquina izquierda, al fondo, de frente al espectador hay una ventana, protegida por una cortina a través de la cual se observa la claridad de la luna. Cantan gallos. Chirín, está frente al escritorio y se que da de piés. Hace silencio.
Dr.Pereyra:Sr. Chirín ¿cómo está? ¿puedo llamarle Chirín? (Chirín permanecía callado) ... hemos tenido noticias del creciente triunfo de su partido político en el pueblo... (pausa de nuevo, Chirín mantiene silencio)... No tema sr. Chirín, ¿acaso le hicieron daño al traerlo? ... (sin esperar respuesta en esta oportunidad) y no lo harán. Llendo directamente al asunto, meditaba y me decía, que para que una persona aumente su proyección política necesita una pequeña "ayuda" (acentúa la palabra ayuda), creo que usted está en esa situación, en que no todos le conocen y necesita proyección ... (pausa nuevamente, Chirín mantiene su postura) dentro de dos semanas se celebrará en Venezuela un congreso sindical, el país debe ser bien representado, y hemos pensado que usted podría ser la opción que estábamos buscando. No responda nada, piénselo y déme su respuesta mañana. Si no tiene documentación no importa, irá como delegado nacional, se le sacará la documentación de lugar. Es cuanto quería comunicar. (Hubo silencio, Chirín está irritado). Es todo, puede irse sin ningún problema, nadie le molestará.
Chirín: ¡Qué manera de tratar al humano es ésta! me humilla, me intenta subordinar y me hace sentir mal; todo eso para darme un premio. (los hombres que tienen intención de hacer pagar caros los insultos que se proferían a su jefe son calmados al éste levantar la mano en señal de contención) Primero, se presentan sus hombres en mi casa y con no poca insolencia me piden que les acompañe. Segundo, llegamos aquí y, usted con una frivolidad llena de misterios, me pide que sea ministro representante del país en un congreso. Tercero, usted quiere que le responda mañana, como insinuando una obligación de mi parte agradecerle el honor que me otorga. Ahora yo pregunto, ¿acaso le he pedido ayuda? ¿quién le ha dado derecho a tratarme contanta hostilidad, cuando hay medios menos ásperos que los presentes para lograr con palabras lo que usted quiere lograr con violencia? ¿por qué me ha escogido a mí? ¿por qué me han traído de ésta manera tan violenta? No creo que el motivo sea un congreso, pues es medianoche y pudo haber esperado otro momento. Necesito que se me den explicaciones ¡ahora!... (El Dr. Pereyra no le dejó terminar).
Dr.Pereyra:Es usted un temerario, sr. Chirín. Su audacia y valentía me asombran; ni el propio Ulises se atrevería a hablar con tanta temeridad estando como está usted sólo. Es usted, aparte de temeroso, audaz y valiente; desconfiado sr. Chirín, eso me gusta. No malinterprete los acontecimientos. En realidad quería saber qué tan altivo e impetuoso era. De ningún modo fue mi intención exacerbar el alma de tan insigne persona. Usted me conoce, ¿quién no? (sonríe con ironía). Ahora le conozco y sé que no me he equivocado. A la vez le contesto. Si ve un mendigo en la calle y éste no le pide una moneda ¿significa ésto que no la necesita?. No se ponga así sr. Chirín en ningún momento he querido hacerlo sentir como a un mendigo. No le he tratado con hostilidad, usted es quién lo ha sentido así, al contrario le he traído como invitado de honor, acaso no lo nota. Lo he escogido porque representa lo más alto de una juventud como la nuestra que necesita un líder; porque sus convicciones lo llevarán tan lejos como quiera llegar; porque no conociendo aún nuestro terreno político lucha como el mejor, eso es digno de elogios y premios. Le he invitado a ése congreso, no para crear en usted obligaciones, sino para premiar la labor tan encomiable que está llevando a cabo y la valentía con que la enfrenta.
Chirín: Me ha dejado aún más confundido. ¿Quién soy yo para que usted piense en mí? Aún no estoy satisfecho con su respuesta.
Dr.Pereyra:Qué más quiere que diga. Hay veces que buscando más allá de lo que tenemos en frente no vemos ésto que está en nuestras narices. Usted tiene abiertas las puertas de mi despacho, para cuando necesite de mi auxilio. Váya a su casa, piense en lo que he dicho y decida. Usted tiene todas las de ganar, pero tiene que pensar en lo que conviene o no a sus pasos.
- ESCENA VI -
En el local del partido. La oficina al lado de la del Dr. Pereyra. Están reunidos Tony y otros dirigentes del partido.
Tony: ¿Por qué crees que el Doctor mandó a buscar al Chirín ese?
Dirigente1:Me parece que está interesado en unirlo a nuestro partido. ¡Eso está claro!.
Tony: Sí, eso es lo que temo. Pero, ¿no crees que podemos ganar por nuestro propio esfuerzo? Tenemos mucha gente. A él no lo conocemos, sin embargo, el Doctor quiere buscarlo, no crees que sea sospechoso.
Dirigente2:Tal vez sea cierto pero no comprendemos cuál es tu punto.
Tony: Deberíamos investigar más sobre la vida de Chirín, pues es necesario saber cuáles son sus puntos débiles. Tener garantías nunca está de más.
Dirigente1:¿Garantías de qué y para qué?
Tony: Es que son tontos o se hacen. Sabemos que necesitamos alguien fuerte para ayudarnos a alcanzar la victoria electoral. No tenemos gente de nuestro partido que nos garantizaran el triunfo porque la gente que nos suman pertenecen a las bases, por lo que en realidad no suman. Si buscamos alguien de fuera vamos a asegurar parte de la población que no está con nosotros, o por lo menos está indecisa. Si el partido que dirige Chirín está en el cuarto lugar ése entonces es lógico que el Doctor lo escoja, pues esa gente que tiene nos podría dar el triunfo. Sabemos que el partido tiene garantías de que ganará, pero nosotros tenemos que crear los vínculos necesarios para evitar que en caso de desaparecer el Doctor, Chirín no se nos revele, y ahí es donde entra la necesidad de crear nuestras garantías.
Dirigente1:Y ¿crees que haya algo oscuro en Chirín?
Dirigente2:¿Crees que sería posible que un personaje salido del pueblo mismo, por más oscuro que haya hecho algo no recibiría siempre sus favores?
Tony: Lo creo. El pueblo es una masa sin cara. En realidad ellos no definen los acontecimientos.
Dirigente1:Creo que estás equivocado Tony, mira cómo en Rusia están manteniendo a Yelstin en el poder. ¿Quién? El pueblo. ¿Fuyimori, cómo se mantiene, a pesar de tener una dictadura? El pueblo lo apoya.
Tony: Está bien. Pero necesitaremos saber qué secreto puede guardar Chirín. ¿Quién lo ayudó en su campaña? ¿De dónde sacó recursos? ¿Cómo es posible que haya crecido tan rápido como la espuma?. Todo eso levanta suspicacia. No me vengan con teorías de otros países. Tenemos que crear nuestras garantías para amarrarlo en caso de que algo extraño ocurra.
Dirigente1:Creo que te comprendo Tony. Ahora mismo nos pondremos a investigarlo. Las cosas no pasan por casualidad. Deben de ser instrumentadas por algo o alguien.Dirigente2:Manos a la obra. Te traeremos lo que nos pides Tony. (Vánse).
- ESCENA VI -
La casa de Chirín está llena de gente. Existe confusión debido a la manera en que se llevaron a Chirín hombres desconocidos y en automóviles con placa oficial.
Miguel: Lucía, entonces ¿los señores no dijeron quienes eran ni qué querían, ni quién los enviaba?
Lucía: Ya te he dicho todo. No fueron violentos pero tampoco pacíficos. Pidieron a Chirín que los acompañara, si sabemos que era el Dr. Pereyra quien lo invitaba. El estaba turbado por la prisa con que se presentaron mas, aparentemente no percibió peligro alguno, pues se cambió rápido y les acompañó. Extraño comportamiento el de Chirín, pero confiemos que los pasos que esté dando sean certeros...
Miguel: Ya me temía que algo así ocurriera, tenemos que protegerlo, andan muchos locos sueltos. Llama a la policía Alberto, tenemos que encontrarlo...
Alberto: No seas tonto Miguel, esperemos, no creo que esté en peligro...
Miguel: ¡Esperar!, ¿esperar a qué? ...
Lucía: Tienes razón Miguel, comunícalo a la policía, ya hemos esperado suficiente. Si no hubiera estado en problemas hace rato que se hubiera comunicado con nosotros haciéndonos saber qué le ha ocurrido. (En ese momento entra Chirín.). ¡Oh, mírenlo ahí va entrando!. (Se aproxima a su encuentro, lo abraza, con lágrimas y con exasperación, le pregunta y pide que le cuente sobre lo ocurrido).Chirín: Pero, ¿por qué tanta algarabía?.
Lucia: Mi amor, ¿qué te pasó, dónde te llevaron, cómo te trataron?
{Chirín: Deja tu histeria mujer. No ves que estoy bien.
Miguel: ¡Cuéntanos qué ha pasado!}

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